Febrero 2020: Cuando la iconografía del movimiento social se tomó el escenario del Festival

Febrero 2020: Cuando la iconografía del movimiento social se tomó el escenario del Festival

Pese a todos los esfuerzos porque este Festival de Viña del Mar fuese “normal” y sin manifestaciones contra las autoridades cuestionadas, los símbolos que retratan el movimiento social en las calles llegaron hasta la “Meca” de la nuestra cultura popular televisiva: el escenario de la Quinta Vergara. Templo en el que gran cantidad de artistas y el público dieron rienda suelta a toda la iconografía de las manifestaciones en las calles, como la mano en un ojo para simbolizar a las cientos de víctimas con lesiones oculares permanentes; el cántico contra Piñera, que ha recorrido Chile en estos meses; además de intervenciones artísticas con alusiones directas contra el gobierno, de apoyo a las movilizaciones y de la opción “Apruebo” en el plebiscito.

Con estrecho margen de acción, la organización no tuvo mayor capacidad de impedir las manifestaciones. Pese a disparatados anuncios, como el control de los carteles que el público podía llevar o la solicitud que los comediantes no formularan imputaciones de delitos a las autoridades, a la hora de salir al escenario, artistas y público se tornaron incontrolables para quienes soñaban con un festival aséptico y libre de todo germen disruptivo.  Y claro, los contratos con los díscolos artistas ya estaban firmados y poco se podía hacer. ¿Bajar el switch, como se hacía dictadura? Mala idea en tiempos de globalización y redes sociales. Un festival politizado cuestionan algunos. Sin embargo, también puede decirse que, históricamente, se ha tratado de un certamen politizado desde la vereda de utilizar “El” gran evento social y cultural de nuestro país como un lugar para precisamente lo contrario: adormecer cualquier asomo de crítica social.

Pero febrero presentó, al igual que meses anteriores, una constante en abusos policiales, como la brutal golpiza a un joven en Puente Alto por parte de un grupo de carabineros, que tras la paliza lo dejaron botado en la calle sin brindarle asistencia médica alguna. A diferencia de otros casos, la institución los apartó rápidamente de sus filas y hoy se encuentran afrontando sus procesos judiciales con la medida cautelar de prisión preventiva. En este contexto, se anunció el 18 de febrero que el director general de Carabineros, Mario Rozas, deberá declarar como imputado ante la Fiscalía en la investigación por violación a los Derechos Humanos.

Como respuesta a las permanentes violaciones a los derechos humanos, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) elaboró un mapa de las violaciones a los derechos humanos, trabajó que revela que la gran mayoría de estos casos en la Región Metropolitana han sido perpetrados por Carabineros de Chile (88,5%), mientras que 6,5% de los hechos fueron a manos de militares, y el 5% restante por personal de la Policía de Investigaciones (PDI) y que la mayoría de las agresiones se concentra en las comunas de Santiago y Puente Alto.

La “Hoja de Ruta” que pocos recuerdan

Mientras tanto, desde La Moneda, Piñera no repunta en la aprobación ciudadana y según la encuesta Pulso Ciudadano marcó apenas un 7%, mientras que el índice de desaprobación a su gestión alcanzó un 83%. Y su respuesta institucional es el anuncio de una Hoja de Ruta para el presente año el que sin muchas novedades contiene cuatro pilares: impulsar la agenda social, canalizar el proceso constitucional, proteger el empleo y “fundamental para poder avanzar en los tres anteriores” recuperar el orden público y la paz social. Nada muy novedoso, jugado ni menos cerca de las demandas sociales. Más pirotecnia que contenido.

Quizás, el oasis de paz que tuvo el gobierno fue el rechazo a la acusación constitucional del intendente Metropolitano, Felipe Guevara, gracias a que la oposición no contó con todos los votos (22) pese a que nominalmente podía contar con ellos. Para el resultado final, fue fundamental la abstención de los DC Carolina Goic y Jorge Pizarro y las sonadas ausencias de los PS José Miguel Insulza y Rabidranath Quinteros; la DC Ximena Rincón y el PPD Felipe Harboe.

Un febrero en que los partido continúan tratando de acomodarse y posicionarse de cara al plebiscito de abril. Sin muchas novedades, el que rompe el esquema es el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, quien anunció su apoyo a la opción Apruebo

El fantasma de marzo

A lo largo de todo febrero se ha especulado con el «cuco» de marzo. Se anuncian masivas movilizaciones alrededor de Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo Hasta Carabineros durante el verano anunció el reforzamiento de su flota de vehículos para enfrentar marzo. Y ningún esfuerzo fiscal extra en salud o pensiones, claro. Pero, ¿qué pasara? Nadie podría adivinarlo, pues estamos en un escenario único, en el que todo lo que va sucediendo no tienen antecedentes que puedan predecir el curso de los acontecimientos. Sin embargo, uno podría suponer que si tuvimos un verano movido como nunca, sería esperable ser testigos de movilizaciones masivas nuevamente.

En esta suerte de antesala de lo que viene, autoridades como el intendente Metropolitano piensan que es mejor esperar este temido mes borrando las huellas callejeras que han dejado las movilizaciones durante estos meses. De otro modo no se explica que hayan pintado todas las fachadas de los edificios de la denominada Zona Cero de Santiago, haciendo como que aquí nada ocurrió. Con un gasto de 240 millones de pesos. Trabajo inútil, pues no habían pasado unas horas y el arte callejero había vuelto a plasmar sus imágenes frente al GAM o al Centro Arte Alameda, que está en plena campaña para reunir fondos que permitan su reconstrucción, tras el incendio de diciembre pasado.

Mientras esperamos el mes del que tanto se habla, las demandas sociales que originaron este movimiento siguen intactas y sin atender: pensiones, salud, educación, entre muchas más.

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